Las personas con acné padecen trastornos psicológicos

El acné no es simplemente una etapa por la que todo adolescente debe pasar. A pesar de lo que se piensa, esta patología no afecta a todos los individuos y representa una enfermedad que obstruye e infecta el folículo piloso por un exceso de grasa, que afecta al 85 por ciento de la población humana. Según la Academia Española de Dermatología (AED), se trata de uno de los trastornos que provoca mayor número de traumas psíquicos y de rechazo en la juventud.

   Miguel Aizpún, portavoz de la AED, asegura que, al ser tan común, la sociedad no es consciente de que el acné es un problema de salud que ha de ser tratado por los dermatólogos. Además, según los datos del primer Estudio Epidemiológico del acné en España, esta enfermedad empeora la calidad de vida a un 30 por ciento de los individuos que la padecen. Los pacientes siempre escuchan «ya se pasará con la edad» y sólo un 20 por ciento de los afectados acude a la consulta. «El porcentaje que refleja el estudio –afirma Aizpún– reconoce haber modificado actividades de su vida cotidiana como asistir a clase o reunirse con los amigos por el hecho de padecer acné».

   Los datos también revelan que un 47 por ciento de los individuos con acné grave admite haber retrasado o cancelado una cita con personas del otro sexo ante el temor de provocar su rechazo. Aparte de este «miedo a relacionarse» existen otros factores psicosociales asociados a esta enfermedad como la ansiedad, trastornos obsesivocompulsivos y hasta trastornos de la conducta alimentaria. Por este motivo, los psiquiatras consideran que es conveniente que el dermatólogo tenga algunas nociones sobre el estadío de estas intervenciones con el objeto de encauzar adecuadamente el caso desde el inicio de la relación con el paciente.

   Miguel Aizpún considera que, según las investigaciones realizadas por dermatólogos españoles, la incidencia de depresión en los enfermos de acné El portavoz de la AED considera que el tiempo es otro de los factores que más preocupa a los pacientes. Y es que, aunque en la mayoría de los casos la enfermedad se cura al año de ser tratada, un 4 por ciento de los jóvenes afectados tarda cuatro años de su etapa como adolescente en conseguir una curación completa. Si existen problemas psicológicos sin tratar, el individuo puede acabar con un trauma.

   Judith Barrachina, del Servicio de Psiquiatría del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, asegura que la adolescencia es una etapa de la vida muy significativa para el desarrollo físico, emocional y social, que puede promover complicaciones psiquiátricas y psicosociales en los individuos. En una sociedad que ensalza el cuerpo y la estética, la presencia del acné resulta una fuente de «sufrimiento y preocupación entre los adolescentes».

   Pero los jóvenes no son los únicos afectados, ya que un 14 por ciento de la población padece este problema a partir de los 24 años. Aizpún afirma que el «acné del adulto» es cada vez más frecuente. Aunque lo que más llama la atención a los especialistas es que esta patología ha llegado a darse también en niños. Es lo que denominan «acné del recién nacido». Aizpún explica que se trata de una enfermedad que evoluciona a curación y que se debe a la leche materna o al biberón. «Nadie sospecha que se trata de acné, pero pueden ocasionar al bebé lesiones inflamatorias y postulosas, es decir, con pus», dice.

   Conscientes de esta situación y, en contra de lo que se piensa, los dermatólogos sí aconsejan utilizar maquillaje para que el paciente mejore la imagen y la autoestima. «Hay cosméticos adecuados para los dos sexos, pero siempre han de estar recomendados por un dermatólogo», asegura Aizpún.

   El Estudio epidemiológico descriptivo transversal sobre actitud, comportamiento y satisfacción en acné de los dermatólogos españoles, avalado por la AED, constata que el 94 por ciento de los dermatólogos prescribe cosméticos, fundamentalmente mascarillas y maquillajes. El 75 por ciento de los médicos cree que la cosmética es de mucha o bastante ayuda. Aizpún, sin embargo, advierte de que la mayoría de los cosméticos están contraindicados en los pacientes con acné, ya que sus componentes grasos contribuyen a obstruir los conductos excretores de la glándula sebácea. Por esto, la utilización de estos productos debe ser reestringida a las prescripciones del médico.

   Lo que no levanta polémicas es la higiene. Todos coinciden en que es uno de los factores de mayor relevancia. A pesar de que la limpieza es fundamental, no es lo único en un tratamiento. El acné se debe un incremento de la producción de sebo, de una obstrucción del folículo piloso y una infección del mismo. Aizpún afirma que cuando se trata de un acné leve, en el que predominan los comedones, basta con un tratamiento local donde se aplican cremas de derivados retinoicos. Cuando el acné es moderado, suelen existir lesiones inflamatorias y al tratamiento local se le suman antibióticos. Uno de éstos, denominado, isocretinoina, sólo se emplea si existen lesiones más importantes, es decir, para los pacientes que sufren acné de grado IV.

 El doctor concluye que, todavía, la mayoría de los afectados prefiere acudir a amigos o padres para cuidar su piel. A pesar de la frecuencia y extensión de la enfermedad, los médicos se quejan de que el nivel de conocimiento del acné, por parte de la sociedad, es verdaderamente bajo.