La alimentación del bebé determina sus gustos en la edad adulta

Según un estudio realizado por investigadores del Monell Chemical Senses Center en Philadelphia (EEUU), se ha demostrado que experimentar con varios sabores durante la alimentación infantil perfila las preferencias de gustos en edades posteriores.
   El estudio fue realizado con 53 niños de dos semanas de edad que fueron alimentados con dos fórmulas infantiles durante siete meses: una de ellas con leche estándar y otra con proteínas hidrolizadas. Esta última se llama así porque las proteínas se «predigieren» para ayudar a los bebés a absorberlas con más facilidad. Los dos alimentos eran similares desde el punto de vista nutricional pero variaban mucho en relación al sabor. Los alimentos basados en leches se describían como estándar, «blandas» y muy del gusto de los cereales, mientras que los hidrolizados tenían un sabor muy desagradable para los adultos, entre agrio y amargo, y que dejaba un mal gusto posteriormente en el paladar.
   Al final del periodo de exposición, se dio a todos los niños a elegir entre ambos tipos de alimento. El comportamiento de los bebés y la cantidad que comían dependió de la fórmula con la que se les había alimentado durante los siete meses anteriores. Los niños que nunca se habían alimentado con la hidrolizada, la rechazaron notablemente. En contraste, los niños acostumbrados a ella la tomaban sin problemas.
   Estos nuevos hallazgos revelan que si el bebé se alimenta con estas fórmulas a los tres meses de edad, termina aprendiendo a preferir su sabor. La primera influencia permanece después a la hora de perfilar las preferencias de sabores en la infancia, y puede que también persista en la edad adulta, señalan los investigadores.